lunes, 14 de octubre de 2013

La crítica es bella. Cómo analizar libros para niños

Desde los inicios de la literatura infantil y juvenil, el adulto ha sido quien ha hecho la selección de las obras en función de sus pensamientos, creencias y gustos. Él cómo hacerlo de una forma lógica es objeto de debate.
La LIJ continúa sin ser reconocida y la crítica a sus obras no es destacada. Durante el siglo XX, con el desarrollo de la psicología infantil, se empieza a reflexionar sobre el análisis de las lecturas. Esto, ligado al gran volumen de producción de libros hace necesaria una selección de obras que sea lo más fundamentada posible.

El principal problema es que es un adulto el que va a seleccionar libros para niños, por lo que necesita una formación muy específica que le capacite para esa labor. Se necesitan conocimientos filológicos, pedagógicos y psicológicos, y es fundamental que el crítico de libros sea un lector habitual.

La crítica es una opinión fundamentada que atiende al lector y a la propia obra. Hay distintas variantes de crítica, lo que da lugar a distintas opiniones sobre cómo hacer la misma: mayor o menor subjetividad, las opiniones y sentimientos que se muestran...

La función de la crítica, realizada por un adulto y para un adulto, es resaltar obras que vale la pena leer, y dar cuenta de libros que están sobrevalorados y que tienen una importancia que no se corresponde con su calidad.
Para que la crítica sea convincente, se tienen que poder sostener las opiniones y tener un punto de vista propio e independiente


El gran volumen de producción, la falta de un espacio definido para la crítica literaria infantil, ausencia de formación desde la filología y desinterés por parte de los destinatarios añaden dificultad a la tarea de la crítica, pero la literatura infantil necesita dar cabida un espacio para la opinión y valoración de obras, ya que permitirá diversificar tendencias y potenciar este tipo de literatura.

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