Nos gustaría hacer tres reflexiones al respecto de
este artículo:
En primer lugar, opinamos que
el problema está en todo el proceso anterior a la etapa universitaria. Durante
la educación primera y secundaria no se trabaja lo suficiente el gusto por la lectura
y ésta se ve como una tarea, un ejercicio o una obligación. El resultado es que
muy pocos niños acaban leyendo por gusto y la mayoría acaban rechazando la
lectura porque la encuentran pesada y cargante, prefiriendo otras actividades
más lúdicas. La clave no está en generar gusto por la lectura al llegar a la
universidad, sino que se debería empezar mucho antes, en el aprendizaje más básico.
En la Universidad nos obligan a leer artículos, libros,
publicaciones, información de Internet, etc. para hacer prácticas y trabajos, y esto
aunque nos lo tomemos como una obligación, nos está proporcionando una
información que igual de otro modo no obtendríamos y quedándonos solo con
una pequeña parte de la misma ya es un logro y una ventaja para nuestro futuro
profesional.
En cuanto a cómo intentar
cambiar la realidad de los universitarios y hacer que tengan gusto por la
lectura, pensamos que se podría recuperar el gusto por la lectura
en los universitarios, integrando la lectura en las prácticas y proyectos que se
lleven a cabo en las distintas asignaturas de las carreras. Si las prácticas
consistieran en la búsqueda de documentación y se facilitara una bibliografía, los
alumnos podrían leer para buscar información y realizar la tarea que se les
proponga.
Por último, al uso de la Biblioteca, sobre todo la Universitaria, creémos
que se ha convertido en un lugar exclusivamente de estudio, relaciones
personales y consultas esporádicas de información para trabajos. Estamos seguros
de que la gran mayoría de los libros que se prestan, son lecturas obligatorias,
demandadas por el profesorado de los diferentes estudios.
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